Bobby François, un hombre que se refugió en el interior del Uruguay para esquivar el hablar del tema. Bobby no estuvo presente en el encuentro. Nadie lo esperaba, porque el resto de sus compañeros bien sabe que no le gusta hablar de los Andes, por lo cual su testimonio en el libro es un descubrimiento de todo lo que no se había animado a contar.
"(...) No me gusta hablar porque sé que les duele a algunos familiares de los que no volvieron. No tenemos por qué, creo yo, recordarles permanentemente lo que sucedió. Ha sido muy difícil enfrentar a las madres de mis amigos muertos y escucharles decir, en mi rostro, que prefieren no verme. Jamás iría a ninguna conmemoración. No puedo ir a un lugar a que me aplaudan. Con la mano en el corazón digo que no comprendo ni nunca comprendí qué es lo que aplauden. No me gusta que me conozcan por el accidente de los Andes. Jamás volví ni voy a volver a la Cordillera. Aprendí la lección. Me ganó; lo tengo clarito. Lo real es que yo no estaba preparado para caerme de un avión en una cordillera, comer gente muerta, soportar treinta grados bajo cero, con diecinueve años de edad. ¿Pero quién lo está? Hay gente que siente compasión o piedad por mi actitud. Yo no la siento. Y si alguien la experimenta, lo corrijo, no me tengas lástima."
Casado con Graciana Manini.
Hijos: Roberto, Federico, Sofía, Josefina y Milagros y Diego.
Es Técnico Agropecuario.
Productor Agropecuario.
sábado, 24 de agosto de 2013
Bobby François
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