Álvaro era un joven 19 años que vivía en Montevideo, una ciudad tranquila, y pertenecía a una familia de la clase media uruguaya, estaba cursando el último año del secundario y jugo al rugby apenas unos años, pero en un club rival.
Era muy amigo del Presidente del Old Christian, club de egresados del colegio, y de uno de los jugadores del equipo, quienes lo invitaron pero por distintas razones finalmente decidieron no viajar. Ante esa resolución, Marcelo Pérez, capitán del equipo y conocido de la familia, lo llamó y Álvaro se convenció, decidiendo viajar igual.
sin embargo no recuerda nada hasta el momento en que ya en medio de la montaña tomó la iniciativa de pararse y salir del avión. Porque en ese momento se dio cuenta de que durante el choque se había quebrado la tibia y peroné de una de sus piernas.
Esa fractura lo condicionó para el resto de la estadía en la montaña, porque había actividades que no podía hacer y la única manera de trasladarse consistía en arrastrarse sentado en un almohadón. Sin embargo, no dejándose llevar por la desesperanza asumió un rol muy importante dentro del equipo. Álvaro era quien se encargaba de la difícil tarea de apaciguar la sed de los sobrevivientes, sentándose día tras día de sol con mucha paciencia a derretir nieve para hacer agua. Porque a pesar de estar rodeados de agua congelada, la nieve les quemaba y no les sacaba la sed.
Casado con Margarita Arocena.
Es Técnico Agropecuario.
Hijos: Daniela, Federico, Margarita y Felipe.
Empresario – Conferencista.
miércoles, 28 de agosto de 2013
Álvaro Mangino
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